«Más un modo de atender que de entender.
Ser conscientes de que es más interesante lo que nos sorprende que lo que nos da la razón.
Hacer menos ruido y cultivar silencio atento.
Demorar las respuestas y evitar sobre todo la precipitación.
Tener flexibilidad mental y practicar esa gimnasia del espíritu consistente en escuchar.
Desconfiar de la seguridad ostentosa.
Aprender a sacar fruto del propio desconcierto.»
La filosofía como una de las bellas artes, Daniel Innerarity